jueves, 5 de abril de 2012

El intenso y múltiple debate sobre la izquierda (por venir) (1)


El viraje del Gobierno hacia la derecha, ocurrido más definidamente después de la declaración del estado de emergencia en Cajamarca, ha hecho que se intensifique aún más el debate acerca de la izquierda1 su futuro. Esto, entre otras cosas, porque se abre un espacio hacia ese flanco que de alguna manera ocupaba el nacionalismo con su otrora discurso antineoliberal.

Con el Gobierno tomando distancia de sus aliados, los notables de origen izquierdista, empujándolos a replantear su accionar político, pero, aún más, emergiendo una nueva agenda y un nivel de movilización y de lucha ecosocial importante,(2) ante la ampliación extensiva e intensiva del neoliberalismo extractivista,(3) se está en la urgencia de (re)construir una propuesta de izquierda que debe mirar más allá del redistribucionismo y plantearse seriamente el problema de una democracia más sustantiva y, aún más, un cambio civilizatorio.(4)

Se abren así —desde nuestro punto de vista— las puertas para una propuesta capaz de recuperar los vientos de la transformación social, de una nueva radicalidad política (que va a las raíces de los problemas) y de carácter refundacional del país (un nuevo proyecto de país puesto en juego además para revitalizar la propia democracia), que alguna vez tuvo la izquierda, porque no entran en juego solo el destino de los territorios de los pueblos, sino también su cultura y, sobre todo, esos anhelos que se llaman democracia y soberanía popular, y que consisten en tener derecho a decidir sobre las propias vidas.

Sin embargo, no pocos son los desafíos, tanto discursivos como prácticos, que debe afrontar esta izquierda en ciernes, pues debe enfrentar sus propios fantasmas, superar sus errores reiterativos y lograr refundarse de cara a los desafíos de la “nueva escena contemporánea” en la que habitamos.