jueves, 9 de diciembre de 2010
Sobre el cómo y el porqué de la unidad de las izquierdas.
Por: Álvaro Campana Ocampo
Al parecer, deduzco de un reciente artículo de Fernando Romero, un sector de las izquierdas habría otra vez dado un bandazo del “pragmatismo” al “ideologicismo” político de cara a las elecciones pues habría hecho de la unidad un punto insuperable para lograr sus objetivos de transformación social. Recordándonos el sentido del dicho popular “Lo perfecto es enemigo de lo bueno”, nos dice Fernando que esta postura hace que no se reconozca el tiempo y los procesos que requiere la unidad, lo imperfecto de las alianzas que se estarían generando y que podrían ser la base de una futura unidad, provocando incluso la subvaloración de la participación parlamentaria impidiendo la participación en este espacio de voces más serias. Nos dice “El fracaso de las izquierdas en los últimos 30 años ha llevado a estos sectores a confundir su renovación con una suerte de fanatismo ético que coloca, en momentos de decisión sobre las alianzas electorales, la apuesta por la unidad como EL criterio de definición de quiénes son virtuosos y quiénes no.”
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