lunes, 31 de marzo de 2008

La hipótesis totalitaria/ Sinesio López

La Hipótesis Totalitaria

por: Sinesio López Jiménez.

Una situación asfixiante.

En el Perú se está desarrollando un clima político que poco a poco se va tornando irrespirable: la intolerancia. Lo más grave de todo esto es que, al parecer, los vientos irrespirables provienen desde la cúspide del poder. Es necesario hacer un inventario de estas muestras de intolerancia para saber qué las explica, cómo se transforman en políticas represivas y a qué régimen nos conducen. Casi desde los inicios del gobierno de García se produjo el zarpazo contra las ONG a las que, siendo organismos privados que persiguen fines públicos, se las consideró como si fueran instituciones público-estatales, violando la ley, para intervenirlas y arrebatarles sus funciones de control y fiscalización del poder del Estado. Un segundo momento se produce cuando García descalifica a sus críticos llamándolos aves de mal agüero, comechados y otras lindezas por el estilo. Luego viene el intento de criminalizar las protestas con el claro objetivo de desactivar los movimientos sociales que expresan su descontento con el gobierno y sus políticas. Simultáneamente se amenaza a los presidentes de las regiones que acompañan las protestas con la cárcel y el desafuero. Inmediatamente se propone y se aprueba una medida permisiva a la PNP y las FFAA sobre el uso de las armas, bajo el pretexto de la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico, pero apuntando claramente a los movimientos sociales de protesta.


Si se analizan con atención los artículos de García sobre el perro del hortelano, ellos no solo proponen un modelo rentista de desarrollo y algunas estrategias y políticas para impulsarlo sino que conllevan también una propuesta autoritaria para hacerlo políticamente viable. Esta propuesta autoritaria implícita se puede traducir, a la larga, en persecución política contra todos los perros del hortelano que, según el propio García, asumen diversos pelajes: toda la sociedad, los intelectuales críticos, los comunistas, los movimientos sociales, los pobres mal informados, etc.

Es probable que la saga periodística de García culmine con un último artículo cuyo título puede ser: El perro del hortelano en prisión.


Se está llegando al delirio.


El Presidente alienta el desafuero de un presidente regional que no ha cometido delito alguno, sino que solo ha expresado, con apasionamiento, una enorme confusión mental pues no sabe bien si quiere hacer de Puno un país independiente, un estado federal o una región autónoma. Se acusa de actos de terrorismo a un grupo de estudiantes que hacían coordinaciones políticas con organizaciones similares de otros países, principalmente con Venezuela. Los representantes del gobierno y alguna prensa, sin mirarse al espejo, se escandalizan y los acusan de recibir financiamiento del extranjero porque Venezuela les habría pagado los pasajes, como si eso configurara un delito. Entre ellos figura una persona que ha estado presa por terrorismo, pero que salió libre por disposición del PJ. Cumplida su condena nada le impide desarrollar actividades propiamente políticas que no sean, obviamente, terroristas. Se acusa a organizaciones sociales y políticas de pretender organizar una Cumbre Social paralela a las Cumbres Oficiales. En estos tiempos de globalización y de internacionalizació n de las acciones, coordinaciones y decisiones políticas se acusa a las Casas ALBA de injerencia y de violación de la soberanía nacional. Como todas estas acusaciones no llegan a configurar delitos, se trata de vincularlas al terrorismo.


¿Qué explica todo este itinerario? Hay, sin duda, factores personales, emocionales y sociales. García es un devaluado caudillo autoritario que se siente, no un Presidente, sino un filósofo-rey que cree que todas sus sabias inspiraciones tienen que positivarse y convertirse en propuestas legislativas y en leyes. Pobre del que se opone: puede ser acusado de pájaro de mal agüero, perro del hortelano o terrorista. Es probable también que todos los que cortan el jamón hoy tengan un enorme temor de perder el control de la situación política y social, pese a lo bien que les va, según ellos, en el manejo de la economía. Y quizá lo que más les asusta es que se rompa la continuidad de la bonanza y los privilegios en el 2011. Hay que acabar, por consiguiente, con la oposición política y social y con sus líderes o, al menos, silenciarlos.


Lo más grave de todo esto es que las intolerancias y los úkases del Presidente deben ser asumidos por las instituciones del Estado como si fuesen órdenes superiores. Más aún: aquellas instituciones estatales autónomas que no entran en este jueguito perverso pueden ser debilitadas y sometidas por la cúspide del poder. Es posible que se inicie entonces la cacería de brujas desde diversas instituciones del Estado. Si eso se concreta, el Perú y los peruanos tendremos enfrente o, lo que es peor, encima un régimen totalitario. Aún lo podemos evitar.

jueves, 27 de marzo de 2008

Presentaciòn del libro "Colombia, laboratorio de embrujos" de Hernando Calvo Ospina/Pascual Serrano

Intervención en la presentación del libro “Colombia, laboratorio de embrujos”, de Hernando Calvo Ospina
“Tire el periódico, apague la televisión y lea este libro”


Pascual Serrano
Rebelión
Era necesario y urgente un libro sobre Colombia. En primer lugar porque este país representa el panorama más avanzado de despotismo y terrorismo de Estado que ha logrado presentarse como democracia. Las dictaduras se han sucedido en muchos países de América Latina, todos lo sabemos, pero Colombia ha conseguido la fachada perfecta para que el mundo crea que es un sistema democrático. Desde 1958 el gobierno ha estado en poder de civiles y su apariencia fue desde entonces de democracia. Una democracia en la que se han asesinado cuatro candidatos presidenciales, en la que se han masacrado a tres mil dirigentes de una opción política que intentaba reinsertar a la vida política a la guerrilla, la Unión Patriótica; donde de cada doscientos colombianos uno en un soldado en activo -el doble de soldados que en España sin tener misiones internacionales como nosotros-, con un presupuesto militar cuatro veces más porcentaje de su PIB que España que está en la OTAN y ya destina grandes recursos, un gobierno que paga 2’6 millones de dólares al que le asesine y traiga las manos cortadas de los perseguidos por la policía, donde paramilitares coordinados con las Fuerzas Armadas -cuando no integrantes de ellas- han asesinado a 3.500 personas desde 1982, mientras controlan a la mitad de los diputados, gran parte del sistema judicial y del poder municipal. Un país con cuatro millones de desplazados despojados de sus tierras y pertenencias y con más de 10 mil desaparecidos. Con una prensa escrita que se limita a un solo periódico de ámbito nacional propietario del primo del ministro de Defensa. Hace apenas dos semanas que se celebró una manifestación denunciando el terrorismo de Estado y ya han matado cuatro dirigentes sindicales y de ONGs que habían promovido la marcha, secuestrado otros dos y amenazado directamente otros 28, mientras decenas están en peligro de ser asesinados. Estos se sumarían a los 300 activistas de derechos humanos y sindicales asesinados durante los primeros cuatro años de gobierno de Alvaro uribe, según datos de la Unión Europea.

Y lo asombroso es que, con estas cifras del horror, que dejan atrás la barbarie de algunas dictaduras latinoamericanas, Colombia se presenta al mundo como una democracia. Que Colombia sea considerada así por las instituciones internacionales, los gobiernos del mundo y los grandes medios de comunicación, mientras no dejamos de escuchar que Venezuela o Cuba son una dictadura, es el ejemplo más elocuente de la farsa en que se ha convertido el mundo. Basta como anécdota recordar que son doscientos mil los desplazados colombianos que han tenido que buscar refugio en Venezuela. Sería el primer caso de que los ciudadanos huyen de una democracia que protegerse en una dictadura. Si han logrado esto -convencer al mundo de que Colombia es una democracia-, es que ya no se necesita dar un golpe de Estado y poner a unos militares genocidas en el poder, para lograr los mismos resultados en represión, genocidio y despotismo. ¿Acaso alguien piensa que el autor de este libro podría seguir vivo en Colombia después de escribirlo? Por eso es tan necesario para el futuro de la humanidad desvelar la verdad de Colombia.
Otra de las razones por las que era necesario y urgente un libro sobre Colombia es porque la información de los medios de comunicación sobre este país ha demostrado, una vez más, cómo leer el periódico o ver la televisión es el mejor modo para no enterarse de lo que sucede en una parte del mundo, en un conflicto, es la forma de no comprender el mundo. Cuando estaba en Caracas, les decía a los jóvenes periodistas de Telesur que teníamos como función no contar hechos noticiosos sino explicar el mundo. Ya me he dado cuenta de que la televisión no sirve para eso, sobretodo con este formato que impide que un tema dure más de dos minutos o una declaración más de treinta segundos.
Noam Chomsky, en una entrevista para televisión explicaba el perverso funcionamiento de los medios de comunicación. Señalaba que, por ejemplo, en un programa de 22 minutos, donde ya necesitas alguno para sentarte en el estudio, más el reservado a las preguntas del entrevistador, debes exponer tus argumentos en dos minutos entre anuncio y anuncio. En ese tiempo sólo caben afirmaciones convencionales del tipo Gaddafi es un terrorista, Jomeini es un asesino o los rusos invadieron Afganistán. No se necesitan pruebas, son expresiones habituales. Pero si se dice algo controvertido, por ejemplo que las mayores operaciones terroristas internacionales han salido de Estados Unidos, que los considerados mejores líderes políticos son lo vagos y los corruptos, o que si se aplicasen las leyes de Nuremberg, todos los presidentes de EEUU desde la guerra de Vietnam deberían ser ahorcados, la gente pensaría “¿por qué ha dicho eso?, nunca lo habíamos oído antes”. Si se dice esto –afirmaba Chomsky-, hay que tener muchas pruebas, porque es un comentario alarmante. Pero no puedes aportar esas pruebas si estás limitado por la concisión del formato del medio de comunicación. Ese es el ingenio de esa limitación estructural. De forma que en los medios nunca se podrán presentar con la suficiente argumentación y reflexión afirmaciones irreverentes porque el diseño informativo sólo está planificado para decir lo obvio y lo convencional.
Recuerdo un par de debates en las televisiones españolas sobre Venezuela, uno de ellos era sobre la reforma constitucional, un ingenuo profesor de ciencias políticas quería explicar esta reforma, que afectaba a 69 artículos. Nunca pudo porque la dinámica del debate, con once participantes y una duración de veinte minutos, lo impedía. Es decir, era imposible explicar la reforma constitucional venezolana en un debate sobre esa reforma constitucional. Sólo había lugar para afirmaciones simples, acusaciones burdas y estereotipos establecidos.
¿Y por qué digo yo ahora todo esto? Porque este problema, por ahora, sólo se resuelve con un libro, un libro como el de Hernando Calvo Ospina. Hernando dice que el gobierno de Colombia crea paramilitares para masacrar campesinos, que el presidente Uribe está implicado en el narcotráfico, que la izquierda colombiana está masacrada con miles de líderes asesinados, que Estados Unidos quiere desestabilizar a la región mediante Colombia y el dinero en armamento y asesores militares que allí inyecta, etc… Y todo eso ni se puede decir ni lo encontraremos en un informativo de televisión, ni en una columna periodística, porque ni el formato lo permite, ni los dueños de esos medios tampoco. Lo que leeremos son cosas como esta de Maite Rico en El País el 24 de marzo:

Título: Colombia sale de la lista negra

Subtítulos: Los logros en materia de seguridad impulsan el despegue económico - El país andino crece por encima de la media de América Latina
Sumarios: La popularidad de Álvaro Uribe se ha disparado y hoy alcanza el 84%. Sólo México, Brasil y Chile superan a Colombia en inversión extranjera
Comienzo de texto:
En seis años, el país ha salido de la sima de la crisis económica y de la violencia desbocada para estrenar un clima inaudito de optimismo. De codearse con Afganistán y Nigeria en las listas negras de los Estados parias, Colombia ha pasado a encabezar las estadísticas de crecimiento de América Latina y es hoy objetivo codiciado de la inversión extranjera. La clave, dicen los expertos, está en los logros en materia de seguridad. Bogotá ofrece en estos días una imagen desconocida. Buena parte de sus ocho millones de habitantes se han ido de vacaciones y los eternos trancones (embotellamientos) han cedido el paso a avenidas desiertas.
O el 11 de marzo escribiendo esto:
Cuando el presidente, Álvaro Uribe, llegó al poder, en 2002, la vieja guerrilla marxista, convertida con los años en un cartel de droga, estaba en su apogeo. Se habían hecho fuertes en el Caguán, una región del tamaño de Suiza que el ex presidente Andrés Pastrana (1998-2002) mantuvo desmilitarizada tres años para lograr un acuerdo de paz que nunca llegó. En el Caguán, las FARC recibían armas y mantenían a sus secuestrados. Los colombianos recuerdan con pavor los años noventa. El país estaba a su merced. Más de 300 alcaldías estaban cerradas. Los secuestros masivos en las carreteras (las "pescas milagrosas") eran retransmitidos por televisión. Bogotá, cercada por varios frentes, sufría el embate de brutales atentados con bomba. La guerrilla contaba entonces con 19.000 guerrilleros repartidos en 70 frentes.
Hoy, la situación ha dado un vuelco. Los efectivos de las FARC se han reducido a la mitad. Los frentes no pasan de 45, algunos con un puñado de hombres. En seis años, los secuestros anuales han bajado de 2.883 a poco más de 500. Los atentados, de 1.645 a 328. Las carreteras principales son de nuevo transitables. El Estado ha retomado el control del territorio, que era el principal objetivo de la Política de Seguridad Democrática diseñada por Uribe. Y lo ha hecho a base de más presencia de las fuerzas de seguridad y de más acción social.
Si hasta el propio gobierno colombiano reconoce que su política de seguridad ha generado 1.600.000 desplazados (las organizaciones humanitarias los cuantifican en mucho más). Y Amnistía Internacional ha señalado que la política de Seguridad Democrática que tantas bondades ha generado a Colombia, según El País, es "el ejemplo más extremo de la táctica de utilizar medidas supuestamente destinadas a combatir a los grupos armados ilegales para conseguir, dar muerte y amordazar a los activistas de derechos humanos".

Es evidente que el panorama que ofrecen los medios de comunicaión no se parece en nada ni a lo que yo he contado, ni a lo que dicen las organizaciones de derechos humanos, ni los informes de los grupos cristianos de base, ni las denuncias de los sindicalistas, ni a las versiones de los campesinos o los indígenas que luchan para que el mundo conozca los crímenes del gobierno colombiano.
Mentiras constantes y burdas es lo que nos traen los medios sobre Colombia, como presentar a mil guerrilleros que decían que habían desertado y se rendían entregando una avioneta y resultó que eran mil presos comunes que el gobierno les había dado un uniforme de guerrillero para exponerlos antes las cámaras como desertores y la avioneta era una decomisada a unos narcos hacía dos años, o adjudicar a la guerrilla el asesinato de campesinos e indígenas a manos de militares. El último caso del ataque al campamento de la guerrilla donde muere Raúl Reyes se presentó como un enfrentamiento en caliente con las FARC cerca de la frontera de Ecuador. Ahora se sabe que el ejército colombiano invadió el país vecino entrando dos kilómetros en territorio ecuatoriano, que los atacaron con misiles y sistemas de detección estadounidenses, que todos los del campamento estaban durmiendo, que entre ellos había cuatro estudiantes mexicanos –todos masacrados-, que remataron a los heridos con un tiro en la nuca, que uno de los presentados ante los medios a modo de trofeo como líder guerrillero era un civil ecuatoriano y que los ubicaron para matarlos debido a una llamada entre la guerrilla y delegados del gobierno francés con quienes estaban coordinando la liberación de Ingrid Betancurt. Una realidad opuesta a la primera versión que fue la que ocupó las primeras páginas de los medios de comuniciación. Así es constantemente la información que nos llega de Colombia. Falsa.
Este libro de Hernando Calvo, no sólo es que explique Colombia relatando los antecedentes, elementos de contexto, historia, datos, testimonios, fuentes y referencias necesarias, es que nos vacuna contra las mentiras que todos los días nos vomitan los grandes medios.
Un libro que saca también a la luz las verdades que silencian, porque nadie cuenta, por ejemplo, que este año van doce sindicalistas asesinados en Colombia con lo cual son ya 2.574 sindicalistas muertos. Y no lo dice ninguna organización minoritaria de ese país, lo acaba de denunciar la Confederación Sindical Internacional, a la que están afiliados 168 millones de trabajadoras y trabajadores en 155 países y territorios, y aún así los medios no la consideran una fuente de información representativa para recoger sus denuncias sobre Colombia.
Cada vez estoy más convencido de que para conocer lo que sucede en un lugar del mundo debemos dejar de leer periódicos y ver la televisión y coger el libro adecuado. Pues aquí está para el caso de Colombia, “Colombia, laboratorio de embrujos. Democracia y terrorismo de Estado”.

LAS CUMBRES EN LA ACTUAL COYUNTURA POLÌTICA

LAS CUMBRES EN LA ACTUAL COYUNTURA POLÍTICA NACIONAL

Álvaro Campana Ocampo

Verdades Que No Se Ven Facilmente: ¿Qué Buscan Las Cumbres?
Pomposamente este año en el Perú ha sido declarado como “Año de las Cumbres Mundiales” por la realización en el mes de mayo del Encuentro América Latina y la Unión Europea y en el mes de noviembre de Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC). En estas cumbres, las agendas a tratar y las premisas que las sustentan, pueden resumirse en el propósito de profundizar y consolidar el modelo neoliberal. Esto, a través de estrategias bilaterales, en un contexto de disputas de los diversos bloques regionales ante el fracaso de las estrategias multilaterales promovidas desde la OMC (organización Mundial del Comercio), en las que son protagonistas beneficiados los países centrales y las trasnacionales a las que le son útiles.

El llamado libre comercio (que no es tal), la promoción del crecimiento económico a través de la desregulación de los mercados y el abaratamiento de los costes laborales; la promoción de las inversiones externas, la separación entre política y economía considerando los asuntos económicos como técnicos y por tanto alejados de la posibilidad de decisión de los afectados; la elaboración de acuerdos de libre asociación que se constituyen en marcos político-jurídicos que trascienden la soberanía de los estados nacionales y la mercantilización/privatización de todo lo existente en desmedro de lo público o colectivo (en lo que se incluyen no sólo servicios sino recursos vitales como el agua, genéticos, culturales, etc.), son parte central de los temas a tratar.

En concreto se puede resumir en la idea “todo para las transnacionales”, convertidas estas en “ciudadanas” con mayores derechos y privilegios que las personas o los Estados, frente a las cuales se pone a estos y sus legislaciones, e incluso las armas a su servicio. Así, se conforman democracias procedimentales y cada vez más restringidas. Todo esto teniendo consecuencias especialmente para los países del sur (en competencia desigual con los países centrales en sus condiciones), estableciendo una división internacional del trabajo segmentada y polarizante (generando mayores brechas sociales entre regiones y personas) en las que países como los nuestros son fundamentalmente fuentes de materias primas y recursos estratégicos (explotados bajo condiciones desventajosas por las propias transnacionales) y de mano de obra barata (debido a la desregulación, y pérdida de derechos laborales), además de mercados de consumos en las que los países del sur compiten en condiciones desventajosas como por ejemplo es el caso de los alimentos. Obviamente estas cumbres se muestran como espacios en los que se discuten los problemas climáticos, la pobreza, el desarrollo sustentable, la cooperación técnica y otros temas más.

Las consecuencias sociales, ambientales, culturales, políticas, económicas de estas recetas saltan a la vista en los conflictos sociales que hemos observado en la última década. En este sentido, la estrategia de la globalización neoliberal avanza en estas negociaciones entre países (como es el caso de los TLCs con Estados Unidos ante el fracaso del ALCA), entre regiones (Europa-América Latina), países del Asia y el Pacífico.

Las Cumbres en el Perú
El modelo neoliberal en el Perú, fue implementado a través de un conjunto de “reformas estructurales” que se iniciaron con el Fujimorismo y que han tenido continuidad en “democracia” en el gobierno de Toledo y García. Estos dos últimos gobiernos se instalaron en el Estado gracias a sus promesas de propiciar cambios de rumbo, apareciendo en el último caso como alternativa a la derecha como al supuesto extremismo humalista frente al que triunfaría con los votos de la propia derecha. Ya entonces el Perú expresaba la segmentación y las brechas históricas exacerbadas gracias a las reformas neoliberales: costa agro-exportadora pujante y centro político y financiero articulado a la economía transnacionalizada. Una sierra especialmente en el sur sumida en la pobreza al igual que la selva. Espacios de enclaves de explotación de hidrocarburos, de minería, o de inversión en servicios especialmente turísticos en el interior del país, rodeados de zonas rurales cada vez más empobrecidas cuyos recursos son expropiados vía Lima. Esta realidad se mostró en las votaciones, en las que las zonas donde se produjo el “voto antisisitema” fueron especialmente el sur andino y el interior del país, al igual que la fortaleza neoliberal se halla en algunas zonas de la costa y especialmente en Lima, la que definiría la votación por Alan García.

García terminó orientando su gobierno hacia el continuismo, aliándose a la derecha. Las Cumbres aparecen como una oportunidad para consolidar su imagen y su propuesta de modernización neoliberal. Sin embargo, a estas alturas, no sólo hay un estado de ánimo contra lo que significa el neoliberalismo, formulado en muchas regiones como un “anticentralismo” e incluso “antilimeñismo”; hay una evidente deslegitimación de este modelo económico, social y cultural. Esto, acompañado por la crisis cada vez más palpable de la economía mundial –que ingresa en proceso de recesión- y el declive norteamericano, así como la instalación en la región de regímenes que o moderan las características del modelo, o buscan abiertamente combatirlo.

La recomposición de los lazos sociales, luego de años de crisis económica y de guerra interna, es más evidente que nunca. El país se halla en un contexto de movilización y rechazo crecientes. Frente a esto, el gobierno ha optado por desarrollar lo que algunos analistas denominan el “neoliberalismo armado”, es decir una política de criminalización de la protesta, e incluso implementación de dispositivos que posibilitarían acciones paramilitares a través del llamado arresto ciudadano –a través de la legislación-, así como acciones de amedrentamiento armado a través del legalizado uso de armas de fuego contra los manifestantes por parte de la policía, o la infiltración de provocadores que disparan a la policía y a los propios manifestantes.

También se echa mano de los medios de comunicación para declarar como “terroristas” a sus opositores a los que ha empezado a perseguir y encarcelar, especialmente a los de retórica más radical, así como a los que empiezan a constituirse en movimientos más organizados a quienes incluye –de manera nada inocente- entre los que estarían moviéndose bajo la órbita del “bolivarianismo”, cada vez más confundido en las influencias del “chavismo” o de las FARC colombianas, en una estrategia de macarthización de la política.

Las Cumbres Y Cumbres Alternativas Como Punto De Quiebre.
Es evidente a estas alturas el propósito del gobierno y los grupos de poder con la realización de las Cumbres. Sin embargo, aparece otra dimensión que consideramos crucial para los propósitos de la consolidación neoliberal en el país: el hecho de que las políticas desarrolladas en el país, se articulan a un modelo de sociedad a nivel global. En el imaginario esto muestra el grado de inserción que hemos logrado a la moderna economía mundial y a su camino de progreso. Sin embargo, esta dimensión halla su contracara, en la cada vez más clara crisis económica mundial, que tiene repercusiones muy concretas en una economía insertada como la nuestra, pero también en la realización de las llamadas “contracumbres” o Cumbres Sociales que se realizan paralelamente en este tipo de ocasiones.

En efecto, el Perú parece llegar con retraso, aunque sin pausa, al cuestionamiento del neoliberalismo. Esto debido entre muchas cosas a los efectos de la guerra interna y de la dictadura fujimorista que calaron hondo en la sociedad peruana. Mientras en el mundo se cuestionaba al modelo y aparecían formas de organización que luchaban contra él a mediados de los noventas, el Fujimorismo gozaba aún de una gran popularidad. Hoy que se instalan gobiernos progresistas en América Latina, el actual gobierno pretende la consolidación del modelo.

Las organizaciones sociales más importantes, algunas sobrevivientes de las décadas anteriores y otras nuevas con reivindicaciones y discursos más novedosos, cobran mayor protagonismo y empiezan a mostrar niveles de articulación mayor. Sin embargo, en la mayoría de ellas no se produce aún un quiebre con las lógicas principalmente reivindicativas y corporativas que las encierra y limita a tener sólo un alcance sectorial o regional. Los discursos no se han renovado y no parecen decir nada sobre el mundo que ha cambiado. Por otra parte, para la mayoría de la población, las agendas que movilizan a la mayoría de pueblos contra el neoliberalismo y que tienen una dimensión global aún son ajenas.

En este contexto, el gobierno se empeña en empatar su retórica antiterrorista, cuyo origen se halla en la guerra contrasubversiva de las décadas pasadas, con las políticas antiterroristas que se impulsan hoy por el guerrerismo y militarismo norteamericano, al que terminan siendo funcionales quienes aún, aunque sea de manera discursiva, siguen moviéndose entre opciones violentistas o exclusivamente confrontacionales.

Las Cumbres Sociales o Alternativas, al propiciar el encuentro de la “sociedad civil” de las diversas regiones del planeta puede servir para influir tanto en la opinión pública como en los sectores organizados del campo popular en: a) Mostrar que el rechazo al neoliberalismo y al guerrerismo norteamericano es global por el callejón sin salida al que nos está llevando. b) Establecer niveles de contacto e intercambio entre las diversas luchas y sus respectivas agendas (local, regional, continental y global) vigorizando la idea de la diversidad como fortaleza y la necesidad de la democratización radical de todas las relaciones sociales como norte de los movimientos sociales. c) Articularnos a las corrientes de transformación que recorren el mundo, refrescar el pensamiento crítico en el país, y propiciar la construcción de alternativas políticas antineoliberales y anticapitalistas que impliquen a las mayorías sociales traduciéndose en mayorías políticas.

lunes, 24 de marzo de 2008

Uribe-EEUU Cartas Ocultas/ Javier Diez Canseco

contracorriente. Uribe-EEUU: cartas ocultas
Javier Diez Canseco

Tras el conflicto desatado por la intervención militar colombiana en Ecuador -contra un campamento donde murió el comandante de las FARC y principal negociador de la liberación de rehenes, Raúl Reyes- parece haber un juego de ajedrez más complejo que el que parece: promover la reelección de Uribe en Colombia, quebrar la posibilidad de lograr un acuerdo humanitario respecto a los rehenes, frustrar las condiciones para abrir un acuerdo político al conflicto e imponer la "solución" guerrerista de Uribe y el Plan Colombia de los EEUU, que ya invirtió más de US$ 5,400 millones en ese proyecto.
Un elemento que casi no se ha tratado -y sobre el que Hans Dietrech hace énfasis en el análisis- en América Latina es el que refiere a los avances que se han venido dando en concordancia con el avance de las fuerzas populares y los gobiernos que luchan por la soberanía de los países sudamericanos, para desarrollar lo que algunos han llamado un bloque militar regional: un acuerdo militar regional distinto al TIAR, sometido a la tutela norteamericana, que genere condiciones de efectiva soberanía en la región.
En octubre 2008 debe constituirse un Consejo Sudamericano de Defensa (teniendo como ejes a Brasil, Venezuela y Argentina) que abriría las puertas para que los países de la región dejen de depender de potencias extranjeras en materia de defensa, como lo anunció el mes pasado el ministro de Defensa del Brasil, Nelson Jobim. Cabe resaltar que esta decisión ha ido de la mano con otras importantes decisiones del gobierno de Lula: construir el primer submarino nuclear brasileño, con apoyo francés y de la tecnología nuclear argentina, y declarar que la soberanía de la Amazonía "no es negociable".
El esfuerzo por constituir un bloque militar regional es un componente básico de un esfuerzo integracionista sudamericano que incluye esfuerzos de integración económica, política y cultural como el Banco del Sur (como Banco de Desarrollo), la integración vial y energética que se prepara, y los esfuerzos de coordinar políticas educativas, de salud y culturales que nos den terreno propio ante la dependencia de los EEUU. Una integración regional soberana no puede excluir la dimensión militar. En ello ha jugado importante papel, junto a Brasil, la visión de Chávez en Venezuela que llegó a plantear, aunque sin que se concrete hasta ahora, la necesidad de una Academia de Guerra Latinoamericana y contribuyó a proponer ideas como la de una "Organización de un Tratado del Atlántico Sur" (OTAS) alternativa al TIAR, con Brasil y Argentina. Algunas de estas iniciativas -propuestas desde el 2001 y 2004- parecen madurar en la idea de este Consejo de Defensa, como alianza defensiva y soberana, con la decisiva participación de Brasil, Argentina y Venezuela.
Y es que habría que ser ingenuos para no ver los intereses norteamericanos sobre el petróleo, el gas, los recursos naturales de América del Sur, Venezuela, Bolivia y los países amazónicos, así como las fuentes de agua del Amazonas y del Paraguay. Y, ciertamente, es alrededor de buscar garantizar estos intereses y el control sobre estos recursos que los EEUU preparan la reactivación de su IV Flota Naval y que apuntan a fortalecer el Plan Colombia (incluyendo una nueva flota de aviones israelíes) y la alianza militar con Chile.
Este proceso de integración, que incluye lo militar, constituye un importante avance en el ejercicio de soberanía efectiva de los países de América del Sur y un factor clave para evitar las pretensiones de escindir varios países -separando ciertas provincias o regiones- para controlar sus recursos naturales fundamentales, como lo que pretenden con las provincias de la media luna en Bolivia -ricas en recursos naturales- y con el plan de traerse abajo al gobierno de Evo Morales, para seguir luego con Chávez en Venezuela y Correa en Ecuador. Se trata de evitar la balcanización de varios países sudamericanos en función del interés norteamericano de controlar recursos fundamentales. Un esfuerzo por mantener nuestro carácter de Estados-Nación frente a los intereses imperiales.
Poca duda cabe que los norteamericanos han jugado la carta del conflicto Ecuador-Colombia, con la agresión militar de Uribe, para desarticular estos procesos, y las incipientes alianzas militares soberanas en curso. Tocaría a Brasil encabezar un bloque de países amigos de la paz en Colombia que retome el camino de propiciar una solución negociada para la guerra en ese país y para evitar las maniobras divisionistas y guerreristas del imperio, así como para frenar los afanes golpistas y desestabilizadores que se vienen imponiendo contra los gobiernos progresistas y antiimperialistas de la región, y a todos nuestros pueblos jugarse en esa perspectiva.

carta a propósito de lo publicado en la República el sábado 22 de marzo

La fotografía publicada en el diario La República el día 22 de este mes, en un reportaje sobre supuestos vínculos entre Roque Gonzales La Rosa , La Coordinadora Continental Bolivariana, el MRTA y las FARC, en la que aparecen mi imagen y mi nombre, publicada en tal contexto resulta poco menos que tendenciosa e insidiosa. La intención del reportero pareciera querer mostrar a todas las personas que fuimos fotografiadas en un evento público como “terroristas” vinculados a las FARC. Resulta lamentable de un periódico que se autoproclamó siempre “progresista”, actúe con tal irresponsabilidad haciendo eco de la Campaña Macarthista que se vive en esta coyuntura, en la que se viene criminalizando a todos los que piensan de manera distinta.

Leyes que permiten el asesinato de campesinos por parte de la policía y que criminalizan abiertamente la protesta social, la detención ilegal de personas –muchas de ellas ancianas- que participaban en un evento público en otro país, el pretender vincular la detención de dos miembros de las FARC con las legítimas luchas de los pueblos de la selva –versión que por otro lado es contrariada por el Canciller- , autoridades que hablan de “contrabandos ideológicos”, entre otros argumentos, son parte de una estrategia para descalificar a los que cada vez más rechazan el modelo neoliberal y creen que es posible un país realmente democrático, además de levantar cortinas de humo ante el evidente descrédito que sufre el gobierno y la crisis de legitimidad del neoliberalismo. De comunistas y ecologistas “perros del hortelano”, hemos pasado a que el responsable de todo es Chávez, las Casas ALBA, y ahora las FARC. De la campaña mediática pasamos a la implantación peligrosa de un “neoliberalismo armado”.

En mi caso debo señalar que discrepo de los planteamientos de la CCB , y rechazo los métodos y proyectos de las FARC o el MRTA (si es que este todavía existe). De la misma forma que repudio el “terrorismo de Estado” que hoy se usa para mantener un modelo de democracia restringida, y de privilegios para unos pocos. Quienes apostamos por una democracia sustantiva, la paz, la vida, no podemos permitir que las pocas libertades que nos quedan en el reino del libre mercado, nos sean fácilmente arrancadas. Por ello, considero que es necesario rechazar con todo vigor aquellos intentos tanto mediáticos como políticos fascistoides que pretenden violentar nuestros más básicos derechos fundamentales.

Álvaro Campana Ocampo
DNI 10273925

domingo, 23 de marzo de 2008

El Macarthismo a la Peruana/ Alberto Adrianzen

Disidencias. El macarthismo peruano
Alberto Adrianzén M. (*)


El Perú debe ser el único país de la región donde el antichavismo alcanza niveles delirantes. El Congreso, luego de una votación que sorprende a propios y extraños, aprobó por unanimidad investigar por tercera vez a las llamadas Casas del Alba. Los responsables principales -porque en verdad todos los que votaron son responsables- son el fujimorismo, la derecha, algunos medios y el propio gobierno que han creado un clima de histeria macarthista. Sólo les faltó establecer, porque a eso nos encaminamos, un Comité de Actividades Antiperuanas, similar al que creó el senador norteamericano Joseph McCarthy en su país.

Personalmente no comparto las ideas de los llamados Círculos Bolivarianos, tampoco las de la Coordinara Continental Bolivariana y me siento lejano de aquellos que promueven las Casas del Alba. Incluso estoy de acuerdo con el pedido de formalización que acaba de hacer nuestra Cancillería sobre la ayuda venezolana al país. Sin embargo, ese no es el problema principal. Lo que hoy viene sucediendo es una campaña abiertamente macarthista que busca vincular a todos los opositores con el chavismo -y si es posible con el senderismo o con el MRTA- para así meter miedo a la población, justificar una represión política e ideológica y suprimir a futuros adversarios en las próximas elecciones.

No es extraño que en medio de este aquelarre autoritario el ministro de Defensa, Ántero Flores Aráoz, acabe proponiendo una nueva legislación para prevenir lo que llama "contrabando ideológico". Es decir, una suerte de versión política de lo que son los ataques preventivos de la famosa Doctrina Bush. Me recuerda aquella película de ciencia ficción de Steve Spielberg, "Minority Report", que trata de un detective en el futuro que, usando la tecnología de su tiempo, arresta a los futuros asesinos antes de que cometan sus crímenes.

En este país, palabras como "intervención ideológica", dicha por el propio presidente García; "contrabando ideológico", "infiltración ideológica" y hasta "asistencia (o asesoría) ideológica", concepto que podría ser presentado a un campeonato mundial de la idiotez política, son hoy día expresadas sin ningún problema y sin ningún rubor. Lo curioso, por no decir lo trágico, es que los promotores de este clima son un partido que hoy repite los mismos argumentos de sus antiguos verdugos y un grupo de parlamentarios defensores del régimen más corrupto de nuestra historia.

Asistimos, pues, a la instalación de un macarthismo criollo en el país. Las razones no sólo están vinculadas a la existencia de una protesta social aún dispersa y fragmentada sino también a que el Perú es el último reducto del pensamiento neoliberal en la región. Somos algo así como el nuevo Real Felipe, en tiempos de la globalización, del pensamiento único.

En Chile, hace algunos días, retornó a su país un grupo de jóvenes comunistas que había asistido al encuentro bolivariano en Ecuador y que se habían reunido con el que fuera hasta poco el número dos de las FARC, "Raúl Reyes". Sin embargo a nadie, menos al gobierno, se le ocurrió pedir su detención.

Por eso, lo que defendemos no es solo el derecho de opinión y de expresión de aquellos que se sienten identificados con Hugo Chávez sino también el de todos los peruanos. En el Perú no es delito tener una ideología. Si los seguidores del chavismo, o de cualquier otro grupo, cometen un delito, como intentar organizar un "brazo armado" -como se ha denunciado- le corresponde a la Policía, al Ministerio Público y al Poder Judicial, y no al Congreso como hoy se pretende, investigarlos, reprimirlos y sancionarlos de ser el caso.

De otro lado, esta campaña es tan burda que se cometen una serie de delitos y nadie protesta. Hace unos días un conocido diario publicó un extenso informe sobre las supuestas actividades de los Círculos Bolivarianos y en el cual fueron divulgados correos electrónicos privados pertenecientes a uno de los miembros de estos círculos. Preguntamos: ¿Existe una orden judicial que haya autorizado este espionaje? Todo indica que no. Y si no existe, cómo es posible que se publique un material obtenido ilegalmente. Incluso se dice que no fueron los servicios de inteligencia los que realizaron esta actividad sino más bien una empresa privada especializada en seguridad.

Lo que hoy vivimos es grave, tan grave que pone en riesgo a la democracia peruana. Por eso no decir nada o mirar de costado es lo peor que podemos hacer.

(*) www.albertoadrianze n.org

Comentario de Winston Orrillo Ledesma

qué asco "la república" se ha puesto a disputar con el alcantarillado de "el comercio", el premio al mejor macarthista del mes: premio único: una semana de estadía en irak, incluido seguro de vida y pensión de orfandad..¡ cómo le dan al nuevo delito que les permitirá ingresar sus emporcados nombres en la historia de la estupidez humana: "el chavismo"!.

¿por qué no dicen que a quien persiguen es a Bolívar" a aquel que dijo (y solo cito algunas perlas):

"Sin la igualdad perecen todas las libertades, todos los derechos"
"la mejor política es la rectitud"
"la más hermosa corona es la que da la justicia"
"Todo el cuerpo de la historia enseña que las gangrenas políticas no se curan con paliativos"

¡que miedo, no? empiezan, trémulos, a caerse los mercados; todos los ídolos de barro muestra sus blastomas; tiemblan los que creían que el mal, que ellos son, duraría más de cien años.

compran periodistas, jóvenes y viejos, arrepentidos espurios, edulcorados, y nuevos potrillos que ingresan a los corrales de la corrupción, para los que escribió El Libertador: "Moral y luces son nuestras primeras necesidades".

en vano es que encarcelen a los mejores, poetas, pensadores, hombres libres, periodistas de la lìnea de Mariátegui o Martí,

Bolívar también dijo: "echemos el miedo a la espalda y salvemos a la patria"

y, sí, se trata de salvar el rumbo, la dirección histórica de nuestra patria que, también, ha escuchado que "la espada de Bolívar/ ya camina por América Latina" (si tienen alguna duda pregunten -no a los abuelos Karl o Frederick o Rosa Luxemburgo, o Gramschi o Vladimir Ilich o al Tío Ho o a Agosthino Neto: miren que estamos en América y no sean, ustedes, los de las "ideas foráneas", "·terroristas" de pacotilla, bufones de dos por medio, matarifes de camal arrabalero).

¡la mala madre que los parió!

¡cómo estará, hoy en su bien ganada altura, ese tranquilo y afable y consecuente ingeniero izquierdista que fue don Ricardo Mohme que fundó un periódico , La República Original,. y no esta cloaca oscurantista y tarifada en que la ha convertido su hijo, el "chicho", miembro de la SIP y dolarizado mercenario del "american way of life";( pero claro que no descarto que nadan, por allí, algunas plumas salvables, v.gr. Javier, Alberto, Sinesio, Antonio y alguno más: pero es para guardar las apariencias, obviamente).

saludos

Nunca fui terrorista ni "Lucha Indígena" lo es, el terrorista es el gobierno /Hugo Blanco

NUNCA FUI TERRORISTA NI “LUCHA INDÍGENA” LO ES
EL TERRORISTA ES EL GOBIERNO
En el periódico “La Razón” del 1 de marzo del 2008 aparece un artículo donde se acusa a “Hugo Blanco editor de la revista Lucha Indígena” de ser “aliado estratégico” del “grupo terrorista MRTA”.
Respondo:
Comencemos exponiendo el significado de la palabra “terrorista”.
TERRORISMO.- Es la acción de pretender imponer posiciones políticas por el terror, por el amedrentamiento.
Quienes se sienten incapaces de convencer de posiciones políticas por el razonamiento, se lanzan a cometer masacres, asesinatos, secuestros y otras acciones violentas, no para convencer sino para aterrorizar, amedrentar a la gente.
En Sendero Luminoso, vimos esa actitud a lo largo de todo su accionar. En el MRTA, en algunas ocasiones, como contra los hermanos Ashanincas, también vimos esa actitud.
Pero en quienes sí vimos un derroche de acciones terroristas fue en los gobiernos de Fujimori (entre muchos otros el caso Colina por el que actualmente está siendo juzgado) y en el primer gobierno de Alan García (Los penales, Cayara, Accomarca, grupo Rodrigo Franco, etc.).
Estas acciones gubernamentales buscaban aterrorizar a los gobernados para acallar las protestas de éstos.
Tienen agravantes con respecto a SL y MRTA: Éstos luchaban EN FORMA EQUIVOCADA contra las injusticias del sistema de opresión y hambre, conscientes de que en esas acciones arriesgaban la vida o largas prisiones. Mientras que los gobiernos mencionados ejercieron el terror EN DEFENSA DE LAS GRANDES EMPRESAS MULTINACIONALES, en defensa de la opresión, en defensa de la injusticia, no sólo contra SL y MRTA sino contra todo el pueblo peruano. Además, otro agravante frente a los grupos mencionados es que actuaban con toda impunidad, conscientes de que ningún castigo vendría contra ellos. Afortunadamente, gracias a la consecuente y pacífica lucha de nuestro pueblo, la convicción de la impunidad que tenía Fujimori y la gente a su servicio, está resultando falsa. Precisamente esa es la preocupación del otro gobierno terrorista y genocida, a García le producen pesadillas las noticias del juicio a Fujimori.
Mencionemos la captura de la embajada japonesa por el MRTA:
En mi opinión fue un acto terrorista, pues pretendía amedrentar para conseguir sus fines políticos. Sin embargo el comportamiento de los secuestradores no fue consecuentemente terrorista pues no mataron ni hirieron a ninguno de los rehenes. El gran acto terrorista fue el del gobierno de Fujimori que no dejó con vida ni a los que se rindieron, asesinándolos a todos, como denuncio inclusive un ex rehén, un diplomático japonés.
En su segundo período, Alan García suspira añorando los años de su primer período en que con toda facilidad aterrorizaba impunemente. Sigue siendo el mismo, por eso puso como vicepresidente a Giampietri, otro masacrador, pero ya no puede actuar igual. Se ve restringido en su actitud terrorista, pero no la abandona:
La ley que penaliza las protestas sociales tiene como objetivo aterrorizar a la población para que no proteste. Los asesinatos cometidos durante el paro agrario, también tienen el objetivo de aterrorizarnos. Ese mismo objetivo tienen los procesos abiertos a los dirigentes, el apresamiento de los bolivarianos, la ley que prohíbe a las autoridades regionales y municipales participar de las protestas, la ley que dispone que el ejército asuma funciones policiales, la que da impunidad a los policías que maten, etc.
Ante la imposibilidad de convencer a la población, todas esas acciones tienen el objetivo de ATERRORIZARLA, por lo tanto son acciones TERRORISTAS.
En cuanto se refiere a mi persona, siempre he entendido que la justicia social por la cual lucho le conviene a la mayoría, por lo tanto, pacientemente, es coherente CONVENCER a esa mayoría, de que es necesario y posible luchar por sus derechos. POR ESO SIEMPRE HE ESTADO EN CONTRA DEL TERRORISMO.
Estoy en contra del terrorismo de los gobiernos que tiene como objetivo aplastar al pueblo. Estoy en contra del terrorismo de quienes buscan la justicia pues con sus acciones dan pretexto al terrorismo gubernamental. Los 70,000 muertos víctimas de la guerra interna, el asesinato de dirigentes populares, el aplastamiento de las organizaciones del pueblo, nos muestran eso (“De buenas intenciones está empedrado el camino del infierno”). Además, SL mató muchos dirigentes populares y cometió masacres, yo mismo estuve sentenciado a muerte, tanto por SL como por el Servicio de Inteligencia Nacional (SIN), por eso tuve que abandonar el país. El MRTA, como dijimos más arriba, mató a nuestros hermanos ashánincas que no eran parte de las fuerzas represivas sino del pueblo, por quienes ellos decían luchar.
Estoy en contra de todo terrorismo, venga de donde venga.
Las acciones por las que pidieron para mí la pena de muerte y por las cuales estuve preso, no tuvieron un ápice de terrorismo, fueron acciones contra el terrorismo:
El campesinado en forma absolutamente democrática resolvió realizar la reforma agraria liquidando el sistema feudal de haciendas. Frente a esta acción democrática y pacífica, los hacendados asumieron la actitud terrorista de andar armados amenazando a la gente. Luego el propio gobierno cometió la actitud terrorista de pretender aplastar el movimiento pacífico y democrático de los sindicatos campesinos mediante la represión. Fue contra esas acciones terroristas que el campesinado, en forma democrática decidió defenderse contra el terrorismo y organizar comités de autodefensa armada; democráticamente me nombró para que dirigiera la organización y la acción defensiva antiterrorista. Por acatar esa decisión democrática es que pidieron para mí la pena de muerte.
El empuñar un arma, por sí mismo, no lo hace a uno terrorista. No fueron terroristas quienes hicieron la Revolución Francesa, no fue terrorista George Washington, no fue terrorista Tupac Amaru, no fueron terroristas San Martín y Bolívar, no son terroristas los zapatistas.
En cuanto al periódico “Lucha Indígena” que actualmente dirijo, pido a los editores de “LaRazón” que señalen en qué página de alguno de sus 19 números hay un artículo o alguna frase que se pueda calificar como incitadora del terrorismo. No encontrarán una sola.
Quien sí, según muchos es el más grande terrorista del mundo es George Bush, pues pretende aterrorizar al mundo con las masacres en Irak y Afganistán, con los horrores de la prisión Abu Ghraib, con los inocentes no procesados y torturados de Guantánamo y muchos otros indecibles horrores más.
Por favor señores de “La Razón”, usen la razón cuando escriban, no usen el término “terrorista” como un insulto en una disputa callejera contra posiciones políticas opuestas a las vuestras, úsenlo en su verdadera acepción, aplíquenlo a quienes usan el terror como instrumento ante su impotencia del convencimiento con razones, no a mí ni a “Lucha Indígena”. Tengan cuidado de no usar el término precisamente para apoyar a verdaderos terroristas.
Cusco, 20 de marzo de 2008
Hugo Blanco

Imbecilidad peligrosa. Raúl Wiener

Imbecilidad peligrosa

Como era lógico, dos semanas después de la heroica incursión de 500 soldados colombianos apoyados por helicópteros, valiéndose de lanzamisiles última generación proporcionados por Estados Unidos, contra veinte personas durmiendo en la noche, sobre territorio de Ecuador, se produce ahora la captura de dos guerrilleros-agitadores de las FARC, en la ciudad de Iquitos, adonde habían ido sin duda a dirigir la huelga de la selva con fines chavistas.

Si está clarísimo. Sólo faltó que se ordenara bombardear la capital de Loreto que es lo que se ha criticado aquí al gobierno de Correa, y que es lo que justifica que Uribe lo hiciera por él, en su propio territorio, a dos kilómetros de la frontera. En Iquitos estamos a por lo menos de 500 a más de mil kilómetros de la línea de demarcación con Colombia, de donde se deduce que estamos mucho más infiltrados de guerrilla que los ecuatorianos. Además en ese país las FARC no inciden en política nacional, en cambio aquí paralizan varios departamentos, promueven enfrentamientos, hacen marchas de comunidades nativas y logran hacer creer que Alan García quiere vender los bosques de la selva, cuando lo que quiere es vender los bosques de la selva.

Las FARC además influyen a los bolivarianos que estaban a punto de boicotear la APEC; y quién sabe si en el paro agrario; las huelgas del SUTEP; las marchas del 2007; las críticas al FORSUR; el juicio a Fujimori, el grupo Colina, y las relaciones con el Japón; la candidatura de Humala; y cuantas cosas más. Después de todo, nadie puede esperar que Marulanda mande un desmentido. Además: ¿quién se lo publicaría?

Estamos sobre el terreno en el que cualquier cosa se puede imputar a las FARC, más o menos como los Estados Unidos de George W. Bush acusan a Al Qaeda y luego atacan a Afganistán, Irak, Irán, Corea del Norte, sin ninguna relación con la denuncia. El general Octavio Salazar está dando evidencias que es el perfecto pelele para hacer de complemento a Alva Castro cuya máxima es si no puedo comprar patrulleros, por lo menos puedo abrir las carreteras bloqueadas a punta de balazos; y si tampoco lo logró con eso, entonces detengo terroristas de Internet; y de ahí a las FARC; y así sucesivamente. Un verdadero ministro de recontraespionaje.

La imbecilidad también puede ser peligrosa. La historia tiene bastantes lecciones al respecto. Es verdad que una cosa pueden ser Fujimori, Montesinos, Martin Rivas, y otra García, Alva y Salazar. Pero las balas igual matan. La prisión es siempre brutal, sobre todo cuando es totalmente injusta. El fascismo puede ser una maquinaria perfecta del mal como los nazis, o un sistema de crueldad casi risible. En el Perú el APRA está fracasando en la aplicación de la receta de crecimiento sin inflación, que se le está inflacionando cada día más, y está alimentando una histeria antiterrorista sobre bases tan endebles que se le va a caer encima de la cabeza.

¿O creen que los selváticos se van a quedar tan tranquilos ahora que sus reclamos totalmente racionales de protección de derechos comunales, preservación del equilibrio ecológico, prioridad a inversionistas nacionales, se están convirtiendo en un complot del terrorismo internacional? ¿Quién está buscando elevar la temperatura del enfrentamiento?

21.03.08
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