(Articulo aparecido en Nuestra Bandera Junio 2007)
Por la razón o por la Forza
O los inicios del paramilitarismo en el Perú.
En los años 90 nuestra selectiva jerarquía naval descubre un negocio redondo en medio de la guerra interna, el nivel de zozobra creado por apagones y coches bombas además de la retención de empresarios traía cada vez mas cerca un fenómeno que hasta entonces sólo se reseñaba lejanamente con la desaparición de comunidades y descubrimiento de fosas comunes que finalmente eran asuntos del ande y su ajenidad. En las bases navales del país los batallones inicialmente concebidos para guerras regulares inician su rediseño, así del BIM 1 de la Fuerza de Infantería de Marina surge el BIM 2 conocido internamente como antisubversivo con preparación especial importada y tecnología de punta antisubversiva de Israel. En la Base Naval de Ancón sólo un grupo seleccionado de Infantes de Marina recibirá el llamado Curso Israelí de tiro instintivo, técnica de moda que buscaba suprimir una natural secuencia cerebro - muscular previa al disparo para convertirlo en una acción de reflejo instintivo frente a estímulos determinados.
Alguien descubrió una oportunidad ahí donde teníamos un país con elevada demanda de seguridad, un personal entrenado que podía brindarla, solo faltaba los contactos en los círculos de los que podían costeársela y para eso estaba la extracción de clase de nuestra Marina de Guerra.
Así nacerá la empresa privada OCTOPUS, los instructores del Tzahal israelí que llegaron al país a finales de los 80s retornaron a su país de donde gestionaron su pase al retiro y volvieron enseguida para organizar la empresa que se nutría de los Infantes de Marina que iban saliendo de baja y que encontraban en Octopus inmediata alternativa al desempleo. El marketing de la empresa auspiciaba que los empresarios peruanos fueran llevados a los polígonos de tiro donde podían presenciar la destreza de personal que no le había costado nada a Octopus y que tampoco le costaría mucho colocar en la medida que de eso se encargaban los oficiales de la Marina.
El caso de la empresa FORZA SA no es por consiguiente extraño, ex oficiales de la Marina de Guerra metidos a empresarios de seguridad que aprovechan sus relaciones para brindar servicios a su entorno de clase. Lo que si resulta extraño y más precisamente inaudito es que abandonen el campo estrictamente empresarial para incursionar en política como fuerza mercenaria de investigación complementaria al aparato estatal. FORZA SA empresa articulada en la Confiep factura anualmente más de 18 millones de dólares; tiene suscritos 120 contratos a nivel nacional con empresas de la gran minería, las telecomunicaciones y la banca. Entre sus principales clientes figuran Minera Yanacocha, Newmont Perú Limited, Sociedad Nacional de Minería y Minera Peru Coper Sindicate, entre otros.
Según los registros públicos, sus accionistas son Wilson Gómez-Barrios Rincón, Aldo Schwarz Cossu, Alfonso Vidal de la Torre Ugarte y César Cuya Barzola, Gian Carlo Mazzocchi y Luis Luján Miñano Luzuriaga.
Y como lo investigó La Republica , la empresa a través de su alta gerencia desarrolló durante 4 meses labor de filmación y reglaje a las actividades de las personas que trabajaban en la ONG ambientalista Cajamarquina Grufides del Padre Marco Arana. Sin embargo recibos, declaraciones y una investigación fiscal al respecto no han establecido legalmente la responsabilidad penal de Aldo Shwarz y Wilson Gómez-Barrios en este espionaje.
Hasta entonces esta situación podría tratarse de un lapsus empresarial, una mala relación que puso a riesgo la imagen de la empresa, sin embargo surgida a la luz pública naturalmente sobreviene la atención sobre ella y podemos encontrar que ya tiempo atrás sus ejecutivos fungían de analistas de alerta temprana sobre los potenciales enemigos de la democracia peruana; Wilson Gómez- Barrios alertaba desde el diario El Comercio sobre los “nuevos grupos de violencia” acusaba a la Coordinadora Continental Bolivariana señalando que según sus informes de inteligencia estos grupos “vienen trabajando intensamente en forma subterránea buscando vincularse con los sectores descontentos del país: comunidades afectadas por la minería y pueblos olvidados” . Continuando con una apreciación benevolente podríamos decir que no había porque sorprendernos que una empresa de seguridad incursione en el análisis político sobre la naturaleza de los actores sociales y las agrupaciones políticas en nuestro país, máxime aún tratándose de un custodio de empresas mineras, algo debe conocer sobre sectores descontentos.
Sin embargo ya deviene en inaudito que se produzcan detenciones de militantes de izquierda, intervenciones policiales espectaculares, anuncios de desmantelamientos de nuevos grupos subversivos motivados desde el despacho de una empresa como FORZA. En efecto la investigación que desarrolla La Republica sobre el “atentado” contra Alan García de diciembre último establece que la inteligencia que detectó los planes terroristas en curso provenía no de la policía, no del servicio nacional de inteligencia sino de la inteligencia de FORZA y Gómez- Barrios. Basados en su relación con el Jefe del Estado Mayor del Comando Conjunto de la Fuerzas Armadas es que los ejecutivos de la empresa logran desarrollar una exposición (en power point inclusive) exponiendo el inminente atentado que planeaban 2 jóvenes activistas de izquierda que, según FORZA, encabezarían una atentado con bidones bomba al estilo colombiano contra prácticamente toda las personalidades con algún poder en la gestión de gobierno. Seguramente merecería un comentario aparte lo descabellado del informe que atribuía operación de tamaña envergadura a un colectivo de jóvenes y también del nivel profesional de quienes se lo tragaron como una eventualidad que los llevó a cercar palacio de gobierno con FOES y desarrollar detenciones. Empero no debemos desatender que además de esto no puede pasar desapercibido el ejercicio de funciones de observación, seguimiento y reglaje de ciudadanos por parte de una empresa paramilitar como FORZA. Si con el incidente del Padre Arana nos encontrábamos frente a un hecho que podría atribuirse como aislado, los hechos posteriores denotan que hoy existe en nuestro país un aparato privado que destina recursos y personal a la vigilancia del libre ejercicio político de colectivos juveniles y agrupaciones medioambientalistas, al menos por lo que hasta hoy se sabe.
En su descargo Wilson Gómez-Barrios y Ricardo Vega Llona ejecutivos de la empresa han negado esta versión, sin embargo Gómez-Barrios reconoce “que el único tema que recuerda haber conversado con organismos como el Comando Conjunto de la Fuerzas Armadas es el relacionado con los llamados Círculos Bolivarianos” (sic)! La Republica domingo 4 de junio del 2007. Es decir, de pronto con la mayor naturalidad pueden reconocer, cual si se tratase de una falta menor mantener bajo observación un sector de las agrupaciones de izquierda que desarrollan solidaridad con el proceso venezolano .Sin mayor empacho.
En nuestro país este tipo de situaciones rayanas con el surrealismo no logran abrirse espacio en los medios de comunicación, y peor aún algunos piensan hasta que no les compete o afecta, finalmente se trata del país donde un Presidente renuncia por fax y luego aparece como favorito en las encuestas, otro desfalca al país, masacra presos y vuelve a gobernar, donde bases militares encarcelan civiles, de qué manera pues podría resultar sorprendente que una empresa de seguridad privada desarrolle investigaciones sobre las agrupaciones políticas de izquierda, investigue ciudadanos y lance tras sus investigaciones a las Fuerzas Armadas y Policía Nacional como sus mesnadas.
De buena fuente sabemos que la empresa viene invirtiendo en equipo de intervención de telefonía, es decir con este tipo de empresaurios aun no está terminado el guión.
Todos los ISO 9001 que expone FORZA en su página web evidentemente no la facultan para entender que los “sectores descontentos del país y pueblos olvidados” a los que teme (y por consiguiente filma e investiga) no son resultado del trabajo de coordinadoras bolivarianas ni colectivos juveniles sino de un complejo modelo social excluyente que por su propia naturaleza necesitará cada vez de mayores Forzas para sostenerse.
Una vez más el negocio les sale redondo.
Roque Gonzales La Rosa
Junio del 2007
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